El síndrome del impostor, también conocido como síndrome de la impostora o impostorismo, es un fenómeno psicológico en el cual las personas, a pesar de tener logros y éxitos evidentes, sienten una persistente sensación de no ser merecedoras de su éxito. A menudo, quienes experimentan este síndrome tienen miedo de ser expuestos como «fraudes» y creen que en algún momento los demás descubrirán que no son tan competentes como aparentan ser.
Este síndrome no está limitado a un grupo específico de personas. Puede afectar a individuos en diversos ámbitos, incluyendo profesionales exitosos, estudiantes, artistas, etc.
¿Cuáles son las características del síndrome del impostor?
- Duda persistente: las personas con este síndrome suelen cuestionar constantemente sus habilidades y aptitudes, a pesar de tener pruebas tangibles de su competencia.
- Atribución externa del éxito: atribuyen sus logros a factores externos como la suerte, a que es el momento adecuado o a la ayuda de otras personas, en lugar de reconocer sus propias habilidades y esfuerzos.
- Miedo a ser descubierto: sienten temor constante de ser descubiertos como «fraudes» y temen que los demás perciban que no son tan competentes como aparentan ser. Generando situaciones de ansiedad.
- Perfeccionismo: muchas personas con el síndrome del impostor son perfeccionistas, estableciendo estándares extremadamente altos para sí mismos y sintiendo que nunca pueden alcanzarlos completamente.
- Evitación de desafíos: pueden evitar oportunidades desafiantes o nuevas responsabilidades debido al miedo al fracaso o al hecho de ser expuestos.
Es importante recordar que estas señales no son diagnósticos definitivos. La presencia de uno o varios de estos comportamientos no garantiza que alguien esté experimentando el síndrome del impostor. Además, las personas pueden manifestar estas señales por muy diversas razones.
¿Qué estrategias te pueden ayudar?
Hacer frente al síndrome del impostor puede ser un proceso gradual y personal. Estas son algunas de las estrategias que te pueden ayudar:
- Reconoce tus logros: haz una lista de tus logros y éxitos. Reconoce y acepta tus habilidades y contribuciones. Es importante recordar que tus éxitos no son simplemente el resultado de la suerte o de factores externos.
- Habla de tus sentimientos: comparte tus sentimientos con amistades, familiares o colegas de confianza. A menudo, expresar lo que sientes puede aliviar la carga, y recibir apoyo externo puede ayudarte a ganar perspectiva.
- Cambia tu diálogo interno: presta atención a tu diálogo interno y trata de cambiar pensamientos desagradables por otros más agradables. En lugar de centrarte en lo que no sabes o en lo que percibes como debilidades, enfócate en tus fortalezas y en lo que has aprendido.
- Aprende a aceptar el elogio: cuando alguien te elogie, acepta el reconocimiento en lugar de minimizarlo o atribuirlo a factores externos. Aprender a recibir elogios puede ayudar a contrarrestar la sensación de ser un «fraude».
- Establece metas realistas: define metas alcanzables y realistas. El establecimiento de objetivos que puedas lograr te permitirá experimentar el éxito de manera más tangible y aumentará tu confianza en ti mismo/a.
- Afronta los desafíos: enfrenta tus miedos y toma desafíos que te permitan crecer. La exposición gradual a situaciones desafiantes puede ayudarte a construir confianza en tus habilidades.
- Habla con un o una profesional: considera la posibilidad de buscar el apoyo de un terapeuta o consejero. Un o una profesional puede ayudarte a explorar las raíces del síndrome del impostor y proporcionarte estrategias específicas para superarlo.
¿Qué personas son más susceptibles de sufrirlo?
A pesar de que este sea un fenómeno que está cada vez más presente en la sociedad actual, la experiencia del síndrome del impostor no está directamente vinculada a la generación en la que una persona ha nacido. Este fenómeno es más una manifestación de las experiencias individuales, el entorno socio-cultural y factores psicológicos personales que pueden afectar a personas de todas las edades y generaciones.
Sin embargo, algunos argumentan que la presión social, la competencia en el ámbito académico y laboral, y las expectativas culturales pueden influir en la prevalencia o en cómo se manifiesta el síndrome del impostor en diferentes generaciones. Por ejemplo:
- Generaciones anteriores: algunas personas sugieren que las generaciones anteriores pueden haber experimentado el síndrome del impostor de manera menos visible o hablada, ya que la cultura en torno a la autoexpresión y el reconocimiento de la salud mental ha evolucionado con el tiempo.
- Generaciones más jóvenes: se ha argumentado que las generaciones más jóvenes, como los Millennials y la Generación Z, pueden enfrentar presiones únicas relacionadas con las expectativas sociales, el acceso a la información y la exposición en las redes sociales, lo que podría influir en la aparición del síndrome del impostor.
Dicho esto, la susceptibilidad al síndrome del impostor puede variar ampliamente entre individuos, independientemente de la generación a la que pertenezcan. Factores como la crianza, la autoestima, el entorno educativo, las experiencias laborales y la personalidad, desempeñan un papel fundamental en la forma en que las personas desarrollan su percepción de sí mismas y de su éxito.
¿Es un trastorno psicológico?
Es importante destacar que el síndrome del impostor no está reconocido oficialmente como un trastorno psicológico en manuales diagnósticos; pero sí es una experiencia emocional y psicológica real para quienes lo experimentan. La búsqueda de apoyo psicológico, como la terapia, puede ser beneficiosa para aquellas personas que luchan con este síndrome, ya que puede ayudarles a comprender sus pensamientos y emociones, así como a desarrollar estrategias para manejarlos de manera saludable.
Itziar de Miguel, psicóloga, psicoterapeuta de familia y pareja
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