La «nomofobia», el miedo irracional a quedarse sin teléfono móvil o estar desconectado de éste.
La ansiedad moderna
En la era digital, la nomofobia ha surgido como un fenómeno psicológico cada vez más prevalente y preocupante. Este término, acuñado para describir el miedo irracional a estar sin un dispositivo móvil, revela una profunda dependencia emocional y conductual hacia la tecnología. A medida que los smartphones se han convertido en una extensión de nosotros/as mismos/as, la nomofobia ha emergido como un reflejo de la ansiedad moderna y la desconexión interpersonal.
Es una de las enfermedades del siglo XXI y está motivada por la tenencia de múltiples dispositivos móviles por familia en los últimos años. Datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que el 96% de las familias cuentan con al menos un teléfono móvil y que el 77% de las personas que acceden a internet lo hacen a través de este dispositivo electrónico. Esta tendencia ha ido en aumento en los últimos años debido a la mayor facilidad de adquisición de smartphone y al auge de las redes sociales.
Nomofobia y jóvenes
Uno de los aspectos más alarmantes de la nomofobia es su prevalencia entre los jóvenes. La constante necesidad de estar conectados, ya sea a través de redes sociales, mensajería instantánea o juegos móviles, ha generado una generación que lucha por desconectar y estar presentes en el momento. Esta dependencia no solo afecta las relaciones interpersonales, sino también la salud mental y el bienestar emocional de los individuos.
La nomofobia también ha demostrado tener un impacto significativo en el rendimiento académico y laboral. El constante bombardeo de notificaciones y la incapacidad para desconectar pueden llevar a una disminución en la concentración, la productividad y la calidad del trabajo. Además, el sueño se ve afectado negativamente por el uso excesivo de dispositivos móviles antes de acostarse, lo que puede contribuir a problemas de salud física y mental a largo plazo.
Desconexión social
Si bien la nomofobia puede parecer una preocupación superficial en comparación con otros trastornos psicológicos más graves, no se debe subestimar su impacto en la vida diaria de las personas. Esta situación puede generar en incremento de la distancia social de los círculos cercanos ya que poco a poco se va sacrificando el tiempo de relaciones personales, trabajo, estudios u ocio para dedicarlo a estar conectado, pudiendo llegar a la desconexión interpersonal.
La ansiedad y el malestar experimentados cuando se está separado del teléfono pueden ser tan debilitantes como cualquier otro trastorno de ansiedad reconocido. Además, la nomofobia puede actuar como una barrera para el crecimiento personal y el desarrollo de habilidades sociales. Parece que más que conectarnos nos va desconectando poco a poco de poder vivir o experimentar cosas reales por uno/a mismo/a.
Dependencia al móvil
La dependencia al teléfono móvil o al estar conectado es visible en múltiples aspectos del día a día como. Por ejemplo, en momentos de espera como puede ser en una parada de bus, en una sala de espera, cuando has quedado con alguien y has llegado el primero… Momentos en los que muchas o la gran mayoría de personas sacan rápidamente el teléfono como compañía mientras esperan, o bien para poder ver qué está ocurriendo en el afuera dejando de disfrutar del momento.
Para abordar la nomofobia de manera efectiva, es crucial fomentar un equilibrio saludable entre la tecnología y la vida real. Esto implica establecer límites claros en el uso de dispositivos móviles, practicar la desconexión consciente y priorizar las relaciones cara a cara. Además, es importante promover una cultura que valore el bienestar emocional y la autenticidad sobre la constante validación digital.
En conclusión, la nomofobia representa un desafío significativo en la era digital, que requiere una atención seria por parte de la comunidad médica, educativa y social. Al abordar las causas subyacentes de esta adicción moderna y promover un uso saludable de la tecnología, podemos mitigar su impacto negativo y cultivar una sociedad más equilibrada y conectada.
Fdo. Naroa Arizaga Arizaga, psicóloga, psicoterapeuta de familia y pareja
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