La inteligencia es una capacidad que tiene nuestra mente que nos permite comprender ideas, razonar, adaptarnos al entorno y aprender. Entendemos la inteligencia como la capacidad de utilizar conocimientos que ya tenemos para resolver situaciones o problemas nuevos. Uno de los autores que teorizó sobre esto fue Gadner, quien entendía la inteligencia no sólo como un constructo único, si no que hablaba de la inteligencia como algo múltiple. Según este autor, la mente humana se compone de ocho tipos de inteligencia: la lógica, la lingüística, la corporal …
Complejidad intelectual y profundidad emocional
Las personas con altas capacidades son personas que tienen la inteligencia más desarrollada que la media. En algunos casos, puede que tengan desarrolladas algunas de estas inteligencias, pero que en otras no tengan la misma capacidad; en otros casos, cabe la posibilidad de que sea un perfil más armónico, donde en todas las áreas la persona tenga una inteligencia por encima de la media. Tenemos que tener en cuenta que estamos hablando de un colectivo muy heterogéneo, que lo constituyen perfiles muy diferentes; aunque sí comparten características comunes, ya queuna complejidad intelectual va de la mano de una profundidad o complejidad emocional.
Este fue el tema central de las XVI. Jornadas de salud y modos de vida que organizamos desde la cooperativa. Las personas expertas que invitamos a la charla y mesa redonda pusieran encima de la mesa un marco teórico para poder entender las altas capacidades. Además nos dieron ciertas claves para entender los retos que hay para seguir para ir avanzando con esta realidad, tomando en cuenta diferentes ámbitos de la sociedad: familiar, educativo, institucional, profesional…
Las «etiquetas» o diagnósticos
Una de las ideas que se puso de relieve fue la de las «etiquetas» o diagnósticos. Varios ponentes hablaban de la importancia de poder ponerle nombre a una realidad, de tener información, de tener un marco. La etiqueta puede ser algo tranquilizante tanto para el niño o niña como para la familia; siempre y cuando esa «etiqueta» no se utilice para encasillarles o entender la diferencia como algo negativo. La diversidad, la diferencia entre unos niños u otros, es algo que se da constantemente en la escuela y en la sociedad en general; y si le damos la salida adecuada puede ser realmente enriquecedor. Es importante saber tratar estas «etiquetas» y entenderlas como herramientas para tener más información sobre las personas, no como algo despectivo o encasillante.
Para que podamos asignar bien estas «etiquetas», se remarcó mucho la importancia de una buena detección. En los colegios se está haciendo un gran trabajo para poder identificarlos a tiempo, aplicando un protocolo de diferentes fases donde el profesorado, el servicio de orientacióny las personas asesoras del Berritzegune les pasan diferentes pruebas en tres fases. Echando una mirada atrás podemos decir que ha habido un avance importante en este tema. Sin embargo, muchas de las familias con niños y niñas de altas capacidades viven este tema con mucha angustia y sufrimiento. Reivindican la necesidad de mejorar los protocolos y de estudiar cómo poder mejorar esa detección. En ciertas ocasiones, en las que no se hace una detección como correspondería, esas niños o niñas no reciben la respuesta que necesitan. La falta de recursos humanos es una de las claves para entender esta problemática, ya que tanto el profesorado, los servicios de orientación, como los asesores están bastante desbordados.
Falsos estereotipos sobre las Altas Capacidades
También se habló mucho de los estereotipos que hay entorno a esta condición; ya sea en la concepción de lo que son las altas capacidades, como de lo que se cree que son y cómo se cree que se relacionan. Esta mirada llena de prejuicios está extendida por toda la sociedad entre los pediatras, médicos, psicólogos, psiquiatras e incluso entre profesores. ¿Que influencia tiene esto en los niños y niñas? A parte de todo lo que esto que pueda suponer a nivel identitario, cuando una persona que tiene altas capacidades no entra en los estereotipos que tiene la sociedad, no lo vemos o no lo identificamos como tal; con todo lo que eso conlleva para los pequeños. Es necesario un cambio de pensamiento a nivel escolar y a nivel social, visibilizar realidades e identificar lo que realmente supone tener altas capacidades, para poder derribar esos prejuicios.
Otra de las cosas que se puso encima de la mesa es la ansiedad o angustia que acompaña muchas veces a estos procesos. Ansiedad por parte de las madres y padres, por ver que no se le está dando una respuesta académica adecuada y por sentirse que les faltan herramientas para hacer frente a ciertas situaciones.
Como se ha podido constatar en estas jornadas, son varios los agentes de la sociedad que están trabajando por este tema; escuela, institución pública, asociaciones, familias y profesionales, entre otros. Se remarcó la importancia de trabajar en conjunto con todos estos agentes para poder seguir avanzando.
Y con todo esto, ¿qué puede aportar Ediren en todo esto?, ¿cuál es nuestro lugar?
Trabajar lo emocional
Desde Ediren vemos la necesidad de acompañar a los niños y niñas con altas capacidades en el proceso madurativo y el desarrollo emocional; de trabajar la parte emocional mas allá de desarrollar el potencial y lo curricular, sin quitarle importancia a esta parte.
El desarrollo emocional de los niños que tienen altas capacidades, en gran parte, tiene que ver con:
- el desarrollo de la tolerancia a la frustración
- la creación de la identidad
- sentir la aceptación de los padres
- encajar el rechazo, etc.
En definitiva, procesos que podemos ver en cualquier tipo de desarrollo, sin olvidar que tienen ciertas peculiaridades. Por lo tanto, vemos necesario acompañarles en:
- el desarrollo de la autonomía
- la toma de las responsabilidades y decisiones
- ayudarles a entender y a gestionar esas peculiaridades como puede ser la intensidad emocional o la creación de su identidad en un contexto donde están puestas muchas expectativas sobre ellos y ellas.
No entendemos la alta capacidad como un problema o algo que cree sufrimiento de por sí. El sufrimiento viene cuando el sistema del pensamiento de las altas capacidades choca con el sistema social establecido, y las personas adultas de alrededor no saben responder a ello. Por eso vemos de vital importancia el trabajo también con los adultos de alrededor, para que puedan:
- trabajar sus propias angustias y miedos
- adquieran herramientas para poder acompañar en ese proceso emocional
- ser sostén para los niños y niñas; ya que aunque la escuela es muy importante, el papel de las familias desde casa es fundamental.
Fdo. Hilargi Macho, maestra especializada en Educación Primaria y Educación Especial. Gabinete Psicopedagógico Ediren
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