¿Cómo podemos adaptarnos a la rutina después de las vacaciones?
¿Cómo volver al día a día de forma saludable?
Después de unas vacaciones de descanso, diversión y, en muchos casos, horarios más relajados, volver a la rutina puede convertirse en todo un desafío. Retomar el trabajo, las obligaciones diarias y los horarios habituales requiere un esfuerzo tanto físico como mental. No solo los adultos enfrentan este reto; los niños y niñas también deben adaptarse nuevamente a los horarios escolares y las actividades extracurriculares.
Aquí te ofrecemos algunos consejos prácticos para facilitar esta transición y hacer que sea menos frustrante, tanto para adultos como para niños.
Preparar el cuerpo para el cambio de horarios
Uno de los mayores desafíos al regresar de las vacaciones es reajustar el ritmo de sueño y las rutinas diarias. Durante las vacaciones, es común dormir hasta tarde y tener horarios de comida irregulares, lo que desajusta el ciclo circadiano, es decir, el reloj biológico interno que regula el sueño y la vigilia. Para volver a sincronizar el cuerpo con la rutina habitual, es importante seguir algunos pasos:
- Ajustar gradualmente el horario de sueño: unos días antes de regresar al trabajo o a la escuela, intenta acostarte y despertarte un poco más temprano cada día. Esto ayuda a que el cuerpo se ajuste de manera progresiva al nuevo horario sin que el cambio sea tan brusco.
- Mantener una rutina de sueño constante: una vez que se regresa a la rutina, es fundamental establecer y mantener un horario regular para acostarse y despertarse, incluso los fines de semana. Esto ayuda a regular los ciclos de sueño y evitar la sensación de agotamiento.
- Despertarse con luz natural: si es posible, intenta despertarte con luz natural o simula esta condición utilizando una lámpara de despertador que imita la salida del sol. La luz natural es un fuerte sincronizador del ritmo circadiano y puede ayudar a reducir la sensación de somnolencia por la mañana.
- Hacer ejercicio regular: el ejercicio físico ayuda a regular los niveles de energía, mejora el ánimo y facilita un sueño más profundo. Intenta hacer actividad física al menos tres veces por semana para mejorar tu bienestar general.
Estrategias para retomar el trabajo sin estrés
Volver a la rutina laboral puede ser abrumador después de haber estado desconectado. La clave es evitar sobrecargar tu agenda en los primeros días. Algunas estrategias incluyen:
- Planificación anticipada: antes de regresar al trabajo, dedica un momento para revisar tus pendientes y organizar las tareas más importantes para los primeros días. Evita agendar muchas reuniones o compromisos durante la primera semana para no sentirte abrumado.
- Prioriza las tareas: es normal tener una lista de tareas largas después de las vacaciones, pero es importante priorizarlas. Empieza por las más urgentes y ve escalando a las menos prioritarias. Esto te ayudará a mantenerte enfocado sin sentirte abrumado.
- Tómate pequeños descansos: volver al trabajo no significa sumergirse en horas continuas de actividad sin descanso. Aprovecha pausas cortas cada hora para estirarte, caminar o simplemente desconectar un momento. Esto reducirá el estrés y aumentará la productividad.
Ayudando a los niños a retomar la rutina escolar
Para los niños y niñas, el regreso a la escuela después de las vacaciones también puede resultar complicado. Se han acostumbrado a horarios flexibles y actividades recreativas, por lo que volver a la estructura escolar requiere apoyo extra por parte de madres y padres. Aquí algunas recomendaciones:
- Restablecer las rutinas días antes: al igual que los adultos, los y las más pequeñas necesitan ajustar su horario de sueño y alimentación. Comienza a restablecer una rutina de sueño unos días antes del inicio escolar, acostándolos más temprano y limitando el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir.
- Involucrar a las niñas y niños en la preparación: haz que participen en la organización de su regreso a clases. Esto incluye la compra de útiles escolares, la elección de su ropa y la preparación de su mochila. Implicarlos les permite sentirse parte del proceso y disminuye la ansiedad.
- Establecer expectativas claras: es importante que niñas y niños comprendan qué se espera de ellos en el regreso a la escuela. Habla con ellas sobre los horarios, las tareas y las actividades que realizarán durante el día. Esto les ayudará a tener una mayor claridad y confianza al enfrentar el cambio.
- Motivarlos con metas pequeñas: para que la transición sea más llevadera, establece pequeñas metas que puedan cumplir. Por ejemplo, recompensarlos con una actividad especial (poder ir a pasear todos juntos o alguna actividad en familia) durante el fin de semana, si han logrado cumplir con su horario y responsabilidades escolares durante la semana.
Generar un ambiente positivo en casa
El ambiente familiar juega un papel fundamental en el bienestar emocional de todos sus miembros. Asegúrate de generar un entorno donde se promueva el descanso, el diálogo y la colaboración. Esto ayudará tanto a pequeños como a mayores a adaptarse mejor a la nueva rutina.
- Crear un ambiente relajado antes de dormir: limita las actividades estimulantes (como el uso de pantallas) una hora antes de acostarse. En su lugar, fomenta actividades relajantes como la lectura de cuentos para los más pequeños o ejercicios de respiración para los adultos.
- Fomentar hábitos saludables: establecer hábitos de alimentación saludables, hacer ejercicio en familia y respetar los tiempos de descanso son claves para una transición más suave de vuelta a la rutina.
En conclusión, la vuelta a la rutina después de las vacaciones no tiene por qué ser caótica o estresante. Tanto los adultos como los niños pueden beneficiarse de una planificación anticipada, el ajuste progresivo de horarios y el fomento de hábitos saludables. Establecer pequeñas metas ayudará a que la transición sea mucho más llevadera para todos.
Fdo. Berta Permuy, del equipo de psicología
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