Es habitual preguntarse si la pasión en la pareja dura o no dura; si se acaba en algún momento o si es para toda la vida. Lo cierto es que parece no haber una respuesta concreta que se pueda generalizar debido a que cada pareja es única y singular. Asimismo, según la fase o momento en la que se encuentre cada pareja, la pasión puede estar muy presente, puede aparecer de forma intermitente o incluso puede llegar a extinguirse.
Antes de entrar a describir cada fase de la pareja, creo importante tener en cuenta que la pareja es más que dos personas que se quieren, se atraen y se respetan. La pareja está construida por dos personas cada una en constante evolución. La pareja está construida por dos personas, cada una en constante evolución. Igualmente, en su conjunto, la pareja está construyendo su relación de forma permanente.
“Cada pareja debe construir su embarcación para navegar por un entorno que obliga a continuas adaptaciones”.
Toda pareja comienza su historia con el enamoramiento, donde todo es positivo, nada es negativo y la pasión es constante.
Después de este periodo maravilloso, comienza la lucha de poder o lucha territorial de “así soy yo realmente”. Cada miembro de la pareja expone su visión de la realidad, es decir, sus costumbres, ideas, creencias… provenientes de la familia de origen y de las experiencias pasadas. Todo esto puede generar desilusión en cada miembro de la pareja o en uno de ellos, motivo por el cual muchas personas no superan esta fase. Cabe mencionar que, en dicha lucha, la pasión ya no es constante, sólo se da en ciertos momentos.
Debido a otras razones como el miedo al compromiso, la idealización del amor romántico y la falta de habilidades para gestionar el conflicto, muchas parejas se quedan por el camino en la construcción de una historia conjunta.
Por ello, para pasar a la siguiente fase se cree necesario gestionar el conflicto negociando las diferencias que se viven en la relación de la pareja.
Tras las dificultades o conflictos, la pareja vive un momento de tranquilidad e incluso de aburrimiento por la rutina, la cual lleva a la extinción de la pasión.
Y después de la calma, algunas parejas consiguen avanzar en la misma dirección compartiendo un mismo proyecto y dando forma a su modelo de relación único y propio, ya que no hay dos embarcaciones iguales. Es en este momento de la pareja cuando, debido a la complicidad, la pasión se reactiva.
Alaia Ozerinjauregi, psicóloga, psicoterapeuta de familia y pareja de Ediren
Deja una respuesta