La sexta ola está impactando de lleno en nuestro día a día. Hemos pasado las segundas Navidades conviviendo con el Covid y no han sido como las esperábamos. Un mes antes de que llegaran no nos imaginábamos todo lo que iba a traer; más pérdidas, aislamientos, imposibilidad de podernos juntar, «la locura» de los test de antígenos…
La incertidumbre ha sido la gran protagonista de estas Navidades y todo esto nos sigue «pasando factura». Si nos paramos a sentir y nos preguntamos cómo estamos puede que encontremos enfado, cansancio, impotencia, más bajón….
Aprendamos a vivir con el virus
Sacrificamos las fiestas navideñas del año anterior para poder disfrutar de éstas, y el escenario que hemos tenido en frente no se ha acercado al esperado. Mientras tanto el virus sigue mutando, va cambiando y con suerte evolucionará a lo que es una gripe pero mientras eso no ocurra tenemos que seguir viviendo, y el cambio de estrategia es claro; ya no “luchamos” contra el virus, nos toca seguir aprendiendo a convivir con el virus.
El enfado se palpa en el ambiente; puede que estemos más irascibles de lo que acostumbramos a estar y es que es algo normal ya que la sensación de que el virus nos va ganando está presente en TODO momento. La vacuna iba a permitirnos poder vivir unas fiestas mejores y ha supuesto una decepción. Las vacunas están sirviendo en los hospitales pero no en las casas. ¿Cuántas personas no han podido disfrutar de estas fechas con sus seres queridos? ¿Cuántas no han podido ir a ver a aquel familiar que llevan tanto tiempo sin ver? Ni qué decir de la imposibilidad de juntarnos en grupos de amigos/as para hacer alguna que otra celebración…
No olvidemos la Salud Mental
Seguimos priorizando la salud física, pero no podemos olvidarnos una vez más de la mental. Sabemos que ambas están unidas… Una persona mayor sola se deprime y bajan sus defensas. Una persona mayor que recibe la visita de su nieto/a recibe una dosis de vacuna, al igual que una persona adolescente que está con sus amistades recibe una dosis de vacuna. La vida emocional de todas las personas es inseparable de lo relacional. Somos seres interdependientes y nuestra vida emocional depende de ello. Nuestro estado de ánimo está íntimamente relacionado con nuestra red social. Por todo esto, no podemos olvidar la importancia de la Salud Mental. Seguiremos viendo las consecuencias (muy notorias hasta la fecha), si no tenemos en cuenta la Salud Mental en las medidas a tomar.
El riesgo cero no existe
Y entonces… ¿cómo lo hacemos? Hay alternativas para seguir viéndonos. Hay gente que opta por los espacios abiertos, las terrazas, espacios cerrados con mascarilla… respetando distancias y poniendo las medidas que estén en nuestra mano y, por supuesto, gestionando como podamos otra de las protagonistas de esta pandemia, LA CULPA. Es habitual escuchar que el temor no es a contagiarnos si no a contagiar a otros, miedo a contagiar a personas de riesgo, a los más mayores de la familia… y es por eso que muchas veces optamos por no juntarnos. Pero… antes de decidir por esas personas… ¿les hemos preguntado qué quieren?, ¿les hemos dejado decidir cuánta cantidad de riesgo están dispuestos a asumir? Y si esa persona está dispuesta a asumir cierto riesgo… ¿tú qué harías?
No nos queda otra, tenemos que seguir aprendiendo a convivir con el virus, pero sin olvidarnos de cuidar la parte relacional. Pongamos todo lo que esté en nuestra mano para protegernos; pero también tenemos que aprender a vivir con cierto riesgo, porque el riesgo cero no existe.
Estibaliz Oregui, psicóloga, psicoterapeuta de familia y pareja. Escúchale en esta entrevista:
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