En estos últimos meses estamos notando en nuestra cooperativa un aumento importante de casos de ansiedad. La demanda de ayuda profesional que recibimos en las consultas en relación a la ansiedad es cada vez mayor.
¿Cuáles son las causas del aumento de casos de ansiedad?
- Podríamos decir que la pandemia ha traído un cambio de nuestro entorno, de nuestro contexto; ahora es todavía más incierto que antes. Al tener menos certezas sobre qué va a pasar con nuestro trabajo, si vamos a poder llegar a finales de mes para cubrir gastos, si alguno de nuestros familiares va a enfermar, … la incertidumbre crece y la ansiedad aumenta.
- Por ello, la pandemia ha hecho que la necesidad de tenerlo todo controlado crezca: cuanto mayor es la necesidad de controlar todo lo que nos rodea, más crece la ansiedad que esto nos genera y aumenta la sensación de vértigo. «Entramos en bucle».
- El Covid ha hecho que estemos muy pendientes de nuestra salud física, y ha dejado a un lado la repercusión que esto nos estaba generando a nivel emocional. Es como si hubiéramos estado con el “modo supervivencia” encendido hasta hace pocos meses, y al ver que la situación se iba estabilizando y que estábamos poco a poco acercándonos a esa tan ansiada “normalidad”, hemos podido apagar ese interruptor de «alerta». De ahí que hayamos podido aparcar un poco el estar tan pendientes de los síntomas físicos, y nos hemos ido haciendo cargo del peso emocional que todo esto ha ocasionado o de lo que ya traíamos de antes y que se ha podido agravar.
- Es importante señalar que sólo los más privilegiados han podido salir de ese “modo de supervivencia”, pudiendo permitirse ocuparse de ese malestar emocional; pero son las personas más vulnerables y con menos recursos las que continúan con ese modo de supervivencia encendido teniendo que preocuparse de lo más básico.
- Además, la sociedad en general está revalorizando la ayuda psicológica. Cada vez está más «normalizado» acudir a terapia para poder gestionar mejor el día a día. Por ello, se ven cada vez más casos de ansiedad en consulta.
¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?
En cuanto a los síntomas que pueden aparecer cuando una persona tiene ansiedad, podemos encontrar los siguientes:
- preocupación excesiva
- sentimientos de agitación
- intranquilidad
- fatiga
- dificultad para concentrarse
- irritabilidad
- tensión muscular
- dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido
- ataques de pánico
- evitar situaciones sociales,
- temores irracionales, etc.
De todos modos, es importante tener en cuenta que cada persona responde de diferentes formas ante la ansiedad generando diferente sintomatología.
A pesar de que estos son los síntomas más visibles, la ansiedad tiene su propio proceso. Todo puede empezar como un sonido sordo al que no le prestamos mucha atención, ya que éste no impide que llevemos a cabo nuestro día a día como de costumbre. Esta ansiedad va poco a poco en aumento y es cuando tenemos síntomas más evidentes, los cuales tal vez pueden dificultarnos algo más el día a día. Cuando nos dan estas crisis de angustia y es entonces cuando solicitamos ayuda.
¿Qué personas sufren más la ansiedad?
El aumento de estos cuadros de ansiedad se está dando, sobre todo, en personas jóvenes adultas, entre los 30-45 años. Son las que tienen toda la vida por delante teniendo que enfrentarse a organizar proyectos vitales, laborales, familiares, etc. por lo que se podría decir que a priori es un momento vital lleno de incertidumbre, al que le sumamos las características de la situación que estamos viviendo, por lo que podríamos decir que ¡la incertidumbre está servida! Suele ser habitual que a estos perfiles respondan personas con tendencia a tener un nivel alto de sobre exigencia, de autosuficiencia y de necesidad de tener las cosas bajo control.
¿Qué recomendaciones podemos dar?
- Es importante prestar atención a esos momentos iniciales de ansiedad que nos referíamos antes, a cuando aparece ese sonido sordo.
- Esos sentimientos y emociones nos están queriendo decir algo y obviarlos no hace más que incrementar ese malestar.
- Parar un poco y darles un significado nos puede ayudar a gestionar la situación de manera más saludable. Esto es como las luces del salpicadero del coche: cuando introducimos la llave y hacemos contacto todas las luces se encienden para comprobar que todas funcionan bien, por si más adelante fuera necesario hacer uso de ellas. Cuando una de esas luces se enciende, por ejemplo, la del aceite, nunca nos viene bien parar el coche y echarle aceite o llevarlo al taller.
- Con la ansiedad para lo mismo, en un determinado momento, hay una lucecilla que se enciende que nos avisa de que hay algo que no está bien, pero como a priori no nos impide seguir avanzando y nos viene muy mal en ese momento hacernos cargo, continuamos sin prestarle mayor atención, pero es cuando se van sumando poco a poco más luces o cuando directamente ya no podemos ni arrancar cuando nos alertamos y solicitamos ayuda.
- Es importante que cuando una de estas luces se enciende le prestemos atención y pidamos ayuda para solucionarlo. No llegar a situaciones límite en las que el sufrimiento es mucho más elevado.
- Hay que tener en cuenta que las emociones no se pueden controlar de manera racional, pero sí buscarles un lugar y un significado.
Naroa Arizaga, psicóloga, experta en familia y pareja
Escucha esta entrevista en Radio Vitoria:
Deja una respuesta