La imagen corporal es un tema muy importante en la vida de muchas personas adolescentes. Toma una especial relevancia cuando llega el verano. En este periodo, es habitual que las personas adolescentes se expongan en mayor medida a situaciones en las que su cuerpo es visible para otras personas: en la playa, en la piscina o por la ropa que se usa en esta época del año. Todo ello puede generar preocupaciones e inseguridades con respecto a la apariencia física.
La imagen corporal y los estereotipos
Hay que tener en cuenta que la imagen corporal hace referencia a cómo una persona percibe, piensa y se siente con respecto a su propio cuerpo. Además, puede estar influenciada por otras variables como los estándares de belleza culturalmente establecidos, la comparación con otras personas y los comentarios negativos de los demás. Durante el verano, la presión por conseguir un cuerpo “perfecto” suele aumentar, debido a la exposición de imágenes de cuerpos idealizados y estereotipados que vemos en medios de comunicación y redes sociales.
Conductas de riesgo
Existen diferentes factores personales que pueden influir en la importancia que se le da a la imagen corporal. En los espacios terapéuticos observamos que, las personas con un alto nivel de exigencia tienden a preocuparse más por este tema cuando llega el verano. Y es que la exigencia que estas personas pueden tener durante el curso, volcada en muchos casos en el ámbito académico, se traslada a la imagen en periodo vacacional. El principal motivo de esta excesiva preocupación por la imagen corporal es la necesidad de control, probablemente por un cierto descontrol en lo que a estabilidad emocional se refiere.
A veces, esto puede desencadenar en conductas de riesgo en la alimentación o en el ejercicio físico: como dejar de comer o reducir las cantidades, e incluso hacer ejercicio de forma desproporcionada, siendo mayor el gasto que la ingesta calórica…
Es importante destacar que las señales de alerta no solo tienen que ver con este tipo de conductas relacionadas con la alimentación y el deporte, sino que se pueden ver reflejadas también en conductas de control en el día a día.
Para poder identificar estas señales, es importante que las personas adultas que rodean al adolescente puedan construir un vínculo con él o ella. Para conseguirlo, es esencial fomentar una comunicación saludable en la que la persona adulta tiene que mostrarse disponible, aun a riesgo de que la respuesta sea neutra o de rechazo. Es importante transmitir a la persona adolescente que, si lo necesita, puede disponer de esa ayuda sin sentirse juzgada o presionada.
¿Cómo ayudar al adolescente con su imagen corporal?
Con respecto a favorecer la percepción del propio cuerpo, es recomendable ayudarles en los siguientes puntos:
- Apoyarles para tener una actitud positiva hacia su cuerpo: desarrollando una relación saludable con el mismo, alentándoles a reconocer y valorar las características únicas, más allá de la apariencia física; en vez de centrarse constantemente en lo que perciben como defectos.
- Poder debatir sobre la importancia de la diversidad de cuerpos. De cómo la belleza puede ser percibida de diferentes formas, cuestionando cómo los estándares de belleza son irreales y poniendo encima de la mesa que las personas reales, tienen una variedad de formas y tamaños.
- Fomentar un estilo de vida saludable, enfocándolo desde el autocuidado. Cuando hablamos de autocuidado es importante transmitir que es fundamental adoptar hábitos saludables, como tener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y dormir lo suficiente. Pero igual de importante es que puedan comprender que el autocuidado es poder disfrutar de diferentes momentos y de la compañía de otras personas, no permitiendo que la apariencia física y el peso sean condicionantes en ello.
- Limitar, en medida de lo posible, la exposición a imágenes irreales. Esto no implica prohibírselo porque es prácticamente imposible, teniendo en cuenta la cantidad de imágenes con cuerpos estereotipados que existen tanto en las redes como en los medios. Se trata de alentarles a desarrollar un cierto criterio de realidad con respecto a las imágenes que ven, enfatizando en la importancia de la autenticidad y la diversidad, en lugar de la perfección irreal.
Ambiente de apoyo y comprension
Es de gran relevancia entender que cada persona adolescente es única y puede estar enfrentándose a diferentes conflictos en relación a su imagen. Por ello, brindarles un ambiente de apoyo, comprensión y aceptación puede servirles de gran ayuda para que desarrollen una imagen corporal positiva; ya sea en verano, como a lo largo de todo el año.
En caso de no poder ayudarles, bien porque rechazan nuestra ayuda o porque no sabemos cómo hacerlo de manera adecuada, es importante que la persona adulta pueda acompañar al adolescente a pedir otro tipo de ayuda (profesional), y aceptar que esta ayuda puede formar parte de su intimidad y de su proceso de individuación; dejando así a las personas adultas de su entorno al margen del contenido de dicho espacio.
Fdo. Miren Bárcena, psicóloga
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