En este artículo reflexionamos sobre el instinto paternal del hombre, su fundamento biológico y su importancia social. En las últimas décadas las mujeres se han incorporado a los estudios universitarios y al trabajo cualificado fuera de casa. Estos movimientos de la mujer obviamente generan un impacto en la forma de organizar la vida doméstica y la crianza. Por otro lado, los hombres están empezando a asumir las responsabilidades de las tareas domésticas y el cuidado de los hijos e hijas pero no lo están haciendo al mismo ritmo. La velocidad en la que la mujer “sale de casa” no es la misma con la que el hombre “entra en casa” y esto genera importantes desequilibrios en la vida de las familias de hoy.
Las mujeres han luchado mucho para vencer los obstáculos que les apartaban del acceso a los estudios universitarios y al trabajo cualificado. Han reivindicado con mucha fuerza lo que siempre han considerado un derecho fundamental y un objetivo prioritario para conseguir la igualdad.
¿Por qué los hombres no han reivindicado con la misma energía su lugar dentro de casa? ¿Acaso el cuidar del lugar en el que vives y velar por el buen desarrollo de tus hijas e hijos no es un derecho fundamental de los hombres que les ha sido arrebatado?
Mucho se ha hablado del instinto maternal pero ¿Tienen los hombres también un instinto paternal? ¿Están preparados biológica y psicológicamente para cuidar? ¿Es la naturaleza masculina la que dificulta a los hombres implicarse en las tareas de crianza?
Fundamentos biológicos del instinto paternal
Existen estudios recientes sobre la paternidad (2018, Anna Machin, “La vida de papá: la creación de un padre moderno”) que apuntan a que existen los mismos fundamentos biológicos para defender la existencia del instinto paternal como para sostener la existencia del instinto maternal. Estos estudios demuestran que el hombre está perfectamente preparado biológica y psicológicamente para cuidar aunque lo haga de una manera diferente a como lo hace la mujer.
Cuando el hombre participa de la crianza, ésta se realiza en mejores condiciones que permiten un mejor desarrollo emocional de las hijas e hijos.
El importante papel del padre
En el embarazo, el parto y el puerperio el padre tiene un papel importante. Mientras la mayoría de las personas centran su atención en la criatura, el padre la centra en la madre y le brinda un apoyo muy necesario para llevar acabo la difícil tarea de sacar adelante el embarazo, el parto, y los primeros meses de vida de la criatura.
El padre vincula con el bebé, pero lo hace más tarde y de una forma diferente a como lo hace la madre. En su relación, el juego y la acción están más presentes y resultan muy necesarios para establecer un buen vínculo. Cuando la crianza es compartida y el padre comparte las complicadas decisiones que afectan a la educación, los procesos de desprendimiento o separación progresiva se facilitan, y las hijas e hijos crecen de una forma autónoma con más facilidad. De esta manera, la crianza se hace menos gravosa o sacrificada y las hijas e hijos crecen más sanos.
Ningún autor o autora discute el importante papel del padre en la educación de los hijos. Es necesario que los hombres reivindiquen que su papel como padres va más allá de ser proveedores de recursos y ejercer la autoridad en los malos momentos. Ver crecer a los hijos e hijas es un placer que les ha sido arrebatado a muchos hombres y que, tristemente, todavía hoy, pocos reclaman.
Escucha a Enrique Saracho, psiquiatra, psicodramatista, director técnico de Ediren, en esta entrevista en Radio Vitoria
Gema dice
Un abrazo desde ordizia Enrique!!!
ediren dice
Otro para ti, Gema. ¡Saludos!