Llega la Navidad y, con ella, el momento de decidir dónde y con quién la pasamos. Una decisión que en ocasiones puede resultar difícil y generar conflictos que nos cuesta manejar. Además, es momento de compras, regalos… Pero, ¿cómo podemos elegir los regalos adecuados para nuestros hijos e hijas, sin llenarles de millones de cosas en cada una de las casas a las que acudamos?
La difícil tarea de elegir
Todos y todas queremos regalar algo a los niños y las niñas de la familia; si por ellos fuera, «pedirían la luna» si pudiesen. ¡Cuántas veces hemos vivido la llegada del catálogo o catálogos de juguetes a casa! Nuestros pequeños se pasan horas y horas mirando con detalle cada artículo, seguido de un “me lo pido” y señalándolo en grande para que a nadie se le olvide…
Ahora bien, ¿tenemos que regalar todo lo que piden?, ¿es bueno para su desarrollo y crecimiento?, ¿cómo pedimos a la familia que no llenen de un montón de regalos a los niños y niñas? Tarea difícil, sin ninguna duda, porque ello implica poner límites y esto es algo que nos cuesta, y mucho. Además en muchas ocasiones somos nosotras, las personas adultas quienes no nos resignamos a elegir porque nos frustra el no regalar todo lo que queremos. Es decir, «nos olvidamos» del objetivo que es el niño o niña y nos centramos en satisfacer «nuestro deseo», sin pensar en las consecuencias.
Desarrollo de la imaginación
Muchas veces pensamos que cuantos más juguetes reciban, y que éstos sean lo más “sofisticados” posible, les ayudará mucho más en su desarrollo y estimulación. Pero justamente resulta ser todo lo contrario. La Asociación Americana de Pediatría ha realizado varios estudios con diferentes grupos de niños y niñas, que demuestran que los que reciben menor cantidad de juguetes desarrollan un juego más elaborado y mayor capacidad de atención sostenida; algo que les ayudará en el desarrollo de la concentración a lo largo de su vida.
Además cuanto más sencillo sea el juguete, es decir que no haga demasiadas cosas y que no contenga demasiada tecnología, más ayudará a desarrollar la creatividad e imaginación de los niños y las niñas. Si el juguete hace muchas cosas, a parte de que se aburrirá pronto de él, no deja lugar al desarrollo del juego simbólico, algo fundamental para el buen desarrollo psicológico de la infancia.
Límites a la familia
Por todo ello, es importante que, a pesar de las dificultades, seamos capaces de ponernos de acuerdo en la familia acerca de qué regalar, y pongamos límites al número de regalos. Los niños y niñas “hiperregalados” se convierten en personas caprichosas, egoístas, materialistas, insatisfechas y manejan peor la frustración. Además, los niños y niñas no miden el afecto ni valoran a los demás por las cosas materiales; llenarles de regalos no va a hacer que nos quieran más.
Enseñarles a elegir
Además de poner límites a la familia, hemos de enseñar a los niños y niñas a elegir, y elegir implica renunciar. Pero claro, si esto ya es difícil para las personas adultas, ¿cómo se lo trasladamos a nuestros hijos e hijas? Tenemos que ayudarles a que, de todas las cosas que les gustaría tener, aprendan a priorizar y a renunciar. Esto implica hacer duelos y hoy en día, en la sociedad en la que vivimos, no sabemos renunciar; lo queremos todo y de forma inmediata. Por eso, es tan importante que desde pequeños puedan ir aprendiendo a hacer pequeñas elecciones (en función de su edad). Es fundamental, también, que vayan aprendiendo a esperar y retrasar el deseo, siendo conscientes de que no se puede tener todo y que puedan ir gestionando poco a poco los duelos.
Dándoles la posibilidad de hacer pequeñas elecciones en su día a día, y acompañando a los y las menores en este camino, estamos favoreciendo su capacidad de aprendizaje, fomentando el desarrollo de su capacidad crítica; además, contribuiremos al desarrollo de su identidad, de una buena autoestima, la seguridad en ellos mismos y al fomento de su autonomía.
Fdo. Beatriz Fernández Corres, psicóloga, terapeuta psicomotriz, psicodramatista
JERALDINE BATMAN dice
GRACIAS TOTALES.