El día a día, las prisas, el estrés, el trabajo, los niños, la familia? nos come el tiempo y las energías, y no nos deja respiro para nosotros mismos ni para permitirnos el lujo de buscarnos un ratito para «el disfrute».
Al final, nos dejamos llevar por la inercia del día a día y acabamos diciendo: «pues será así o tendrá que ser así?». Acabamos «enganchados» a la pena y a la resignación?
Rescatemos «el disfrute» como tal, a la medida de nuestras posibilidades; no hace falta ir a Cancún para pasarlo bien; el disfrute del día a día puede estar en lo más sencillo y cotidiano que nos podamos imaginar? Pero hay que buscarlo y permitirnos encontrarlo?
Idoia Madarieta, psicóloga, psicodramatista del equipo Ediren, habla sobre este asunto en el programa Bostekoa de Radio Euskadi.