Iker tiene 20 años, vive con sus padres y su hermana mayor en Vitoria-Gasteiz.
Está realizando un módulo de grado medio y le quedan varias asignaturas de Bachillerato que está cursando a distancia. Desde hace varios meses le da vueltas a no haber terminado el Bachiller en su momento y haber podido ir a la Universidad.
Creyendo que no le iba a costar sacárselo, mintió a su padre diciéndole que tenía ya el titulo. Con su madre llegó al acuerdo de no decírselo al padre, si este año lo sacaba y empezaba el módulo.
Iker ve que la mentira cada vez se está haciendo más grande, se le está yendo de las manos, está desmotivado, le cuesta muchísimo ponerse a estudiar y cada vez está más seguro de que no terminará el Bachiller.
Esto le genera nerviosismo e insomnio que calma fumándose unos porros. Cada vez pasa menos tiempo en casa y más en la lonja con sus amigos.
Tres meses antes de acudir a EDIREN, en una noche en la que no lograba conciliar el sueño, se fumó un porro de marihuana para ver si le entraba el sueño. Se empezó a sentir mal, le zumbaban los oídos, me empecé a emparanoiar con que había alguien en la habitación. Iker sabía que podía ser efecto de la marihuana pero se asustó mucho.
Desde entonces no ha vuelto a probar el cannabis, ni ha vuelto a tener episodios parecidos pero sufre mareos, sudores fríos, siente las piernas débiles?, le aterra la idea de volverse loco de por vida, de ser esquizofrénico. Todo cambió esa maldita noche, fue como que se me reseteo el cerebro.
Asustado, acude al médico de cabecera, el cual le receta pastillas pero él no quiere tomarlas. Le dan cita en el centro de salud y el psiquiatra le receta ansiolíticos, que tampoco toma.
Los mareos son recurrentes, cada vez le cuesta más salir con los amigos. Está desmotivado en el módulo y sólo sale de fiesta para emborracharse. Antes le encantaba salir a correr e ir al monte, cosa que ahora no hace por miedo a que le vaya a pasar lo mismo que aquella noche.
Después de contárselo a su hermana y luego a su madre, éstas le animan a pedir ayuda profesional. Es entonces cuando su madre y él acuden a EDIREN. En la 1ª consulta son vistos por el psiquiatra, el que descarta una esquizofrenia o un cuadro psicótico. Por el momento, la medicación es desestimada aunque le cita para hacer un seguimiento dentro de un mes. Le deriva a psicoterapia individual una vez por semana con una psicóloga del equipo.
Iker se describe a sí mismo como un chico activo, deportista, sociable y muy nervioso pero que ha perdido el rumbo; está estancado. Tiene miedo de que se le vaya la cabeza y hacer una locura como hacer daño a alguien o tirarse por la ventana; son cosas que se le pasan por la cabeza y esto le aterra.
Al poco tiempo del comienzo de la terapia los mareos han ido disminuyendo, no así sus miedos a volverse loco, pero cada vez la angustia es menor. Puede hablar de estos miedos con su terapeuta y esto le ayuda a verlos con más distancia.
La terapeuta señala a Iker que está atravesando un momento evolutivo difícil, de toma de decisiones su futuro, su proyecto de vida está en juego. Empieza a ser consciente de ello y de su dificultad para asumir responsabilidades, tomar decisiones? y convertirse en una persona autónoma. El descubrir que tiene razones para sentirse mal le hace sentirse menos enfermo.
Ha recuperado las ganas de salir, está motivado para estudiar, aunque sabe que le queda todavía un trabajo importante por delante para seguir creciendo y encontrar su sitio; y quizá algún día llegar a la universidad?