Marta es una chica de 16 años, estudiante de 1º de Bachiller. Nació en Vitoria-Gasteiz y tiene una hermana de 10 años. Su padre, de 54 años, es profesor y su madre, de 50 años, es administrativa. Viven en Asteguieta, a unos diez minutos de Vitoria.
La madre se pone en contacto con EDIREN porque Marta ha bajado su rendimiento escolar. Dice que nunca ha sido una mala estudiante, que siempre ha sido de sacar buenas notas. En la ESO empezó sacando sobresalientes, pero fue bajando poco a poco, aunque sin llegar a suspender. Pero este año, en 1º de Bachiller, ha suspendido dos asignaturas en la primera evaluación y otras dos en la segunda. Su madre está muy preocupada porque Marta se despista mucho y piensa que igual tiene TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad). También comenta que quiere ir a la Universidad, pero que ?no le va a dar la nota?.
Marta está dispuesta a ir a consulta para trabajar técnicas de estudio y así poder mejorar sus calificaciones.
Se realiza una primera entrevista con Marta y sus padres. Cuentan a la psicóloga que Marta siempre ha sido muy organizada en sus estudios, que siempre se ha encargado ella y no le gustaba que sus padres le ayudaran. En casa también tiene responsabilidades, se encarga de su habitación y colabora en otras tareas comunes. Depende de uno de sus padres para que le lleve en coche al instituto y los fines de semana para salir con sus amigas. A ella le gustaría ir en bici o en autobús, pero a sus padres no les parece seguro y eso genera bastantes discusiones en la familia. Los padres comentan que le dejan bastante libertad a Marta, pero que ella habla muy poco y hasta el último momento no les dice lo que quiere.
Va a clases particulares dos días a la semana, otros dos días a euskera y además juega a baloncesto. Sus padres le han recomendado que igual sería bueno dejar el baloncesto, porque le quita mucho tiempo, pero ella no está dispuesta porque es algo que le ?sirve para quitar estrés y le gusta mucho?. Esta dedicación también genera discusiones en la familia.
Los sábados suele tener partidos de baloncesto y por la tarde sale con sus amigas. Éstas son mayores que ella, por lo que vuelven a casa más tarde que Marta, lo que también provoca tensiones en casa.
Los padres describen a Marta como una chica cabezota, poco cariñosa, fría y muy encerrada en ella misma. Es ordenada, algo indecisa y bastante autosuficiente, no se suele dejar ayudar. Se llevan bien con ella, aunque con su madre choca más, porque le pregunta más. Con su hermana tiene una buena relación, aunque tan pronto de pelean como se quieren con el alma. A Marta le gusta estar sola y su hermana es todo lo contrario.
A continuación, la psicóloga se queda a solas con Marta. Ésta le pregunta un poco sobre el motivo de la consulta y Marta dice que se agobia mucho con los estudios, que en los exámenes se queda en blanco y por eso suspende. Además, en casa le agobian mucho más porque le dicen que no ha estudiado lo suficiente. Cuando está contando esto, Marta se muestra muy nerviosa y angustiada, le tiembla mucho la voz y se le humedecen los ojos. Dice que siente mucha impotencia porque ella estudia, pero luego en el examen no sabe por qué, pero no se acuerda de nada. Habla de que la relación con sus padres es buena, pero que suelen tener discusiones por los estudios, la hora de llegada a casa, etc. Al hablar de ello se pone muy nerviosa y vuelve a hablar de impotencia. Marta se define a ella misma como una persona cabezona, tímida, alegre y bastante vergonzosa, sobre todo ?cuando hay que hacer presentaciones en clase?.
Para poder contar con la máxima información posible de todos los ámbitos en los que Marta se mueve, la psicóloga mantiene contactos con el tutor del instituto. Como conclusión de estas entrevistas y tras realizar algunas pruebas de análisis cognitivo, la psicóloga constata que Marta no presenta ningún problema relacionado con la comprensión de textos o con el desarrollo de estrategias para la realización de tareas. El problema de Marta es que es una persona insegura y muy exigente consigo misma. Quiere hacer todo perfecto y ante esa imposibilidad opta por no mostrarse, por hablar menos, por tapar los posibles fallos. Hasta ahora todo lo relacionado con los estudios ha ido bien, porque es una chica muy trabajadora; pero al llegar a la adolescencia, donde se viven muchos cambios y uno se va dando cuenta de que tiene que empezar a elegir cosas, elaborar un proyecto e ir construyendo una identidad, Marta se ve agobiada y con miedo.
La psicóloga le remite a un tratamiento de psicoterapia individual con una sesión semanal, con el objetivo de bajar esa exigencia que le hace bloquearse, para que se permita equivocarse, mostrarse como es, con defectos y virtudes y expresar sus emociones. Con ello no se descarta trabajar en alguna sesión lo relacionado con el estudio, derivándola al Gabinete Psicopedagógico de EDIREN para que aprenda estrategias para la realización de los exámenes.