Entrevista a Enrique Saracho, psiquiatra, psicodramatista y director de EDIREN, en El Mirador de Radio Vitoria.
Las relaciones padres e hijos varones han cambiado mucho en poco tiempo. Antes, el compartir emociones entre ambos no existía, no se daba?
El rol de padre tradicional estaba muy circunscrito al ejercicio de la autoridad, se centraba en proveer, en dar sustento a la familia, en trabajar todas las horas para que no faltara de nada?.; ahí terminaba su función. Y con todo ello se sentían muy orgullosos, pero no se daban cuenta de que se perdía muchas otras cosas?
La relación de padres e hijos se basaba en: ?ya verás cuando venga tu padre??.
El machismo también ha expropiado cosas importantes a los hombres, lo emocional; hay que rescatarlo y reconocer que muchos hombres lo intentan hacer desde hace tiempo y están trabajando en ello? Pero hay gran dificultad de cambiar ciertos roles, que tienden a perpetuarse. De ese modelo tradicional, hemos pasado al padre colaborador?
Recientemente vemos a través de la publicidad que, afortunadamente, se están rompiendo ciertos estereotipos con respecto a la relación padre e hijos varones; se ve algo nuevo, se va reconociendo la parte afectiva entre ambos.
Ver hijos y padres emocionados diciéndose que se quieren, eso es Salud.
Por fin se empieza a visibilizar socialmente la forma de ser padre que muchos hombres, ya vienen trabajando desde hace mucho tiempo…
El ser humano nace como ser inacabado y necesita del apego emocional para estructurar el psiquismo, sobre todo en los primeros momentos de la vida.
El poder disfrutar de dos funciones, la materna y la paterna como nutrientes, es imprescindible. Antes estaban disociadas la madre era el sostén afectivo y el padre el que ejercía la autoridad y los límites; ahora ambas funciones están repartidas entre los dos.
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