Situación previa:
Mario es un niño de 7 años, nacido en Vitoria. Vive con su madre, ya que sus padres están separados desde hace dos años. Mario es el hermano pequeño de dos. Su hermano mayor tiene 10 años. Mario estudia en un colegio público y está realizando 2º de primaria. Su madre trabaja de auxiliar en un centro de salud y tiene 37 años y su padre trabaja en un negocio familiar de papelería y tiene 39 años.
En la Escuela Infantil, en una de las reuniones trimestrales con la profesora, ésta les dice que Mario tiene algunas dificultades de adaptación al ritmo de la clase, que le cuesta aceptar las normas, que parece no prestar mucha atención al adulto, ni a las normas de juego de los otros niños y niñas. Los padres de Mario no le dan mucha importancia a esto y, aunque se llevan disgusto, piensan que a la llegada del verano, madurará, descansará y que todo esto se calmará.
Así que continúa su escolaridad de una forma normalizada, pero conforme va pasando primer curso de primaria, Mario comienza a mostrar con más energía su dificultad de adaptación a las normas de la escuela y a la profesora, así como la dificultad de mantener un juego más o menos reglado o continuado con sus compañeros y compañeras de clase. Cuando desde la escuela vuelven a convocar a los padres, les señalan que esta dificultad es cada vez mayor y que Mario sufre y se frustra con mucha facilidad ante la incapacidad de seguir el ritmo de la clase. Además, les aconsejan que sería conveniente acudir a un profesional que pueda ayudar a Mario para ver qué es lo que puede estar sucediendo. Los padres se desmoronan porque lo que el niño muestra en casa y lo que muestra en el colegio es diferente. Parece ser que las normas en casa las sigue con más facilidad y que su conducta no es tan disruptiva como en el colegio. Por eso deciden pedir una valoración en Ediren Centro de Psicoterapia y Fisioterapia.
Valoración en Ediren
En EDIREN se le hace una valoración que consta de una primera entrevista con los padres y el niño para conocerles, saber cuál es su demanda y su situación vital, así como para recoger datos de la vida del niño. Después se observa a Mario durante cuatro sesiones de forma individual y finalmente la terapeuta se vuelve a reunir con los padres para explicar lo observado y ver si necesita ayuda continuada.
En la fase de exploración se observa que:
- Mario es un niño agradable y de trato respetuoso en la sala.
- Puede hablar de sí mismo y es consciente de sus dificultades por lo que acepta ser ayudado.
- Puede reír con facilidad y disfrutar en la sesión.
- Tiene mucha capacidad de jugar. Los juegos que le dan seguridad son los asociados a etapas anteriores.
- A nivel corporal puede disfrutar en los juegos de menos movimiento y se muestra hipotónico, controlador y con inseguridad en aquellas situaciones de desequilibrio que hacen que tenga que romper el ritmo de la actividad. Esto hace que se sienta acomplejado y con mucha sensación de inseguridad física y de fragilidad. Por eso recurre a buscar la calma y la escasez de movimiento para poder tranquilizarse cuando hay momentos de inestabilidad física que le lleva a la inestabilidad psíquica.
- Tiene buen lenguaje aunque a veces no tiene hilo conductor.
- Tiene una imagen negativa y culpabilizada de sí mismo.
En la reunión de devolución a sus padres se les habla de todas esas capacidades que Mario tiene: Puede disfrutar del juego, de su cuerpo con algunos movimientos más que con otros, de hablar, puede pedir ayuda, así como de los dibujos y plastilina.
Pero también se les habla de:
- Esa inmadurez e inseguridad físicas que tiene que hace que viva el mundo como algo que le puede agredir y donde él no tiene mucha posibilidad de defenderse porque es/ se siente frágil y tiene miedo.
- Ese malestar en el desarrollo o inmadurez emocional, con una expresividad inmadura tanto a nivel corporal como hablada, hace que se muestre, ansioso, nervioso, dependiente y con ciertas actitudes impulsivas hacia el exterior (pegar, empujar, enfadarse, mucho movimiento?). Tal es así que muchos intercambios con el exterior sean vividos como peligrosos.
- Por otra parte Mario aún está muy invadido por las fantasías infantiles y por eso su capacidad de mantener una conversación hilada es aún difícil.
- Y necesita aún muchísimo la exploración del ambiente para poder entender el mundo y las cosas que contiene el mundo (tiempo, espacio, objetos?)
Solución aportada por Ediren
Por todo esto y porque el niño está sufriendo, proponemos a la familia un trabajo en psicomotricidad en una sala donde pueda moverse a sus anchas y pueda ir poco a poco integrando su cuerpo, su ansiedad, su fragilidad física y emocional.
Que pueda aprender a disfrutar con aquello de lo que es capaz y devolverle así una imagen positiva de sí mismo que le ayude a crear y organizar su esquema corporal básico para la sensación de seguridad psíquica.
Ayudarle también a que busque modos de expresividad más sanos y adecuados a las diferentes situaciones sociales.
Y poder también aprender a aceptar la frustración y las normas, aunque pueda mostrar su malestar y desacuerdo pero con conflictos posibles de manejar.
Proponemos para Mario una sesión semanal y un espacio familiar periódico con un terapeuta de familia para poder ir integrando todos los cambios de Mario y donde poder volcar las angustias, miedos y necesidades de aprendizaje de manejo de Mario de ellos mismos dentro del entorno familiar.
Al poco tiempo de estar con Mario, la conducta disruptiva ha bajado bastante en el entorno escolar y la imagen que él tiene de sí mismo también ha mejorado, aunque poco a poco los padres van sabiendo que aún se necesita bastante tiempo de trabajo con el niño y con ellos mismos para poder ayudarle a madurar y cambiar la mirada hacia Mario.
Desde EDIREN otro de los trabajos importantes que hicimos fue hablar mucho con los profesores de Mario para que puedan ver en él estos signos de sufrimiento y malestar y no solo de genio, incordio… que hace que los adultos de su alrededor se enfaden con él. Nuestro trabajo fundamental es cambiar la mirada hacia el niño, para poder ver aquellas cosas que Sí tiene y que NECESITA tener y desde ahí partimos en nuestro trabajo, nunca desde lo que NO tiene o NO PUEDE HACER.